El 3 de febrero los venezolanos recordamos el nacimiento del
héroe cumanés Antonio José de Sucre, gran
mariscal de Ayacucho.
Antonio José de Sucre luchó por la independencia de
Venezuela y fue el triunfador de la batalla de Pichincha, en Ecuador, y de la
batalla de Ayacucho en Perú, que fueron decisivas para la libertad del
continente americano.
Claro que Sucre fue un héroe, pero sobre todo fue un ser
humano ejemplar. Sucre fue un niño callado y muy soñador, no le gustaba la
violencia y era noble y generoso hasta con los enemigos
.
Cultivó su inteligencia y estudio en la Escuela de
Ingenieros, en Caracas, para ser militar. Era muy disciplinado y por eso
trabajaba incansablemente. Era exigente con sus compañeros y también lo era
consigo mismo. Estas cualidades, unidas a su audacia y tenacidad, contribuyeron
a sus triunfos en las batallas por la
independencia del continente
.
Sucre, un joven alto y delgado, que a los quince años entró
al ejército patriota a luchar por la independencia de nuestro país, nos dejó el
ejemplo no sólo de sus triunfos, sino la herencia de sus cualidades como ser
humano.
Como gran venezolano
Como amigo de Bolívar
Como héroe americano.
Sucre, nació en Cumaná
Y a caballo anduvo mucho
Para sembrar libertad
En Junín y en Ayacucho.
Cuando Bolívar supo
Que en Berruecos falleció
Una lágrima de amigo
Por su mejilla rodó.
Como amigo de Bolívar
Como héroe americano.
Sucre, nació en Cumaná
Y a caballo anduvo mucho
Para sembrar libertad
En Junín y en Ayacucho.
Cuando Bolívar supo
Que en Berruecos falleció
Una lágrima de amigo
Por su mejilla rodó.
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