Al conocerse
en Caracas que Napoleón había invadido a España, que la corona había pasado a
manos de su hermano José Bonaparte, que las
provincias se habían levantado contra los invasores y que la autoridad del Rey
sólo estaba representada por un Consejo de
Regencia , resolvieron los criollos caraqueños proclamar su autonomía y
prepararon un movimiento para el 1º de abril de 1810; pero fueron descubiertos
y confinados a sus posesiones los principales comprometidos en ella. Entre
estos se encontraba Simón Bolívar.
El 19 de
abril de ese mismo año, el Ayuntamiento o Cabildo de Caracas se reunió en
sesión extraordinaria, a la cual se
había invitado al Capitán General, don
Vicente Emparan. Se le hizo saber al Capitán General que el objeto de la
reunión era establecer una Junta de Gobierno que dirigiera el país mientras Fernando VII regresara al
trono. Emparan, disgustado por la proposición, dijo que en España había una
Junta de Regencia, en la cual residía el
Gobierno y que le parecía peligroso tomar esa resolución; que eso lo examinaría
después de la ceremonia, porque era Jueves Santo y tenía que asistir al templo.
Los miembros
del Ayuntamiento quedaron preocupados por la partida de Emparan, porque temían que hubiera descubierto en ellos ideas
revolucionarias y los mandara hacer
presos; pero sucedió que al llegar el
Capitán General a las puertas de la
iglesia le salió al encuentro el patriota Francisco Salias (que no era
miembro del Ayuntamiento) y, tomándolo
por un brazo, le obligó a que volviera al Cabildo, porque su presencia era necesaria.
Los soldados de la guardia quisieron
protegerlos; pero su capitán , don Luis Ponte, les dio órdenes de o moverse.
El Capitán
General se vio obligado a regresar y al entrar en la Sala, se encontró que se
había formado una nueva Junta con
representantes del clero, del pueblo y del gremio de pardos
.
Abierta de
nuevo la sesión, propusieron establecer una Junta presidida por Emparan; pero
el Padre Madariaga dijo que siendo
presidente de la Junta el Capitán General podía disolverla cuando quisiera y
castigar a los autores del movimiento, y además que su autoridad ya no la
querían, porque no había Gobierno en España.
Emparan desconcertado por estas
palabras, se asomó al balcón y le preguntó al pueblo que estaba reunido en la
plaza: “¿Os satisface mi gobierno?”, pero el padre Madariaga, que estaba detrás,
les hizo señas para que dijeran que no. “No
lo queremos”, gritaron.
Entonces Emparan
volviendo al Cabildo, dijo: “No quieren que gobierne, yo tampoco quiero mando”. Firmó su renuncia y al día
siguiente de embarcó para los Estados Unidos.
Éste fue el primer
acto a favor de la Independencia.
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