Para
sentirnos realmente bien, también debemos cuidar nuestra salud mental. Esto se
logra con buenos sentimientos y pensamientos
optimistas, nobles, constructivos
y a través de actitudes positivas que reflejen nuestros valores morales.
Qué debemos
hacer?
Dejar de
lado las actitudes negativas que reflejan egoísmo, desamor, terquedad,
caprichos, violencia, desunión, etc.
Aceptar que
puedo equivocarme. Y ante una falta o un olvido, pedir perdón y tratar de
enmendar el error.
Aprender a
escuchar a los demás con modestia.
Tener buenos
modales: ser cordial, amable y respetuoso con quienes me rodean.
No mentir ni
engañar: “La mentira tiene patitas cortas”, siempre se descubre y genera
desconfianza. En cambio, el que dice la verdad
se gana la confianza de los demás.
Ser responsable,
cumpliendo con mis tareas y cuidando mis cosas, sin permitir que otros hagan
por mí lo que yo debo hacer hoy.
Hablar sin
gritar, respetando a los demás.
Ser
optimista. El buen humor es un “remedio” poderoso que nos brinda entusiasmo,
ánimo y fortaleza para enfrentar cualquier situación, sin abatirnos.
Aprender a
expresar mis sentimientos y emociones, y a aceptar el afecto de los que me
quieren y retribuirlo sinceramente.
Fuente:
Gotitas con sorpresas “ Propuestas Educativas para los Niños del siglo XXI”.
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