Autor: Carmelo Paiva Palacios.
Mamporal es la capital, o pueblo cabecera, del Municipio Autónomo Eulalia Buroz. (Es uno de los 21
municipios autónomos del Estado Miranda, según la ley de división político - territorial sancionada por la Asamblea legislativa el 23 de abril de 1992, con el ejecútese dado tres días después por el Gobernador Arnaldo Arocha Vargas).
Se encuentra distante de la ciudad de Caracas a poco mas de cién kilómetros, situado al borde de la carretera troncal que lleva al oriente del país pasando por Río Chico
Geografía. El Municipio Buroz se encuentra en la Sub-región de Barlovento. Edo. Miranda. El principal curso del municipio es el río Tuy, que hace del territorio una llanura, parte de la cual es cenagosa.
A continuación la historia de Mamporal narrada por el Doctor Carmelo Paiva Palacios. (Economista, escritor e historiador). Hijo ilustre de tan querido pueblo , el día 11 de diciembre de 1995, en un acto celebrado para conmemorar el IV aniversario de la elevación de Mamporal a la categoría de Municipio Autónomo.
“Es una tarea verdaderamente grata y que me provoca
especial satisfacción, la de dirigir a ustedes éstas palabras en el acto
en el cual se conmemora la fecha de la elevación de nuestro pueblo
natal de Mamporal a la categoría legal de Municipio Autónomo.
Precisamente el día 11 de diciembre de 1991 ocurre el virtual
nacimiento del nuevo status; aunque la Ley creadora del Municipio
Autónomo Buroz, con capital Mamporal, fue sancionada por la
Asamblea Legislativa del Estado Miranda, el 23 de abril de 1992, y
promulgada por el Gobernador, doctor Arnoldo Arocha Vargas, tres
días después.
El convertirse en uno de los 21 Municipios que conforman el
Estado Miranda, fue el resultado exitoso del trabajo tesonero llevado
a cabo por personas que demostraron su amor y entrega por
Mamporal. Hombres y mujeres que no desmayaron ni dudaron al
considerar llegado el momento de que nuestro querido pueblo
nuevamente alcanzara en la división territorial, el nivel y categoría
que había blasonado hasta finales del siglo diecinueve. Ahora
decididos a mantener en alto el faro que ilumine los caminos seguros
de un mejor porvenir.
Comenzaré por recordar que en abril de 1933 se constituyó
una primera Junta de parroquianos para regularizar la personería
jurídica de la comunidad, con el nombre de “Junta Administradora
de la Comunidad del Valle de Mamporal”. En los años siguientes,
periódicamente y de acuerdo a sus Estatutos, se fueron renovando
las Juntas Directivas. Se cambiaban las personas pero no las
esperanzas.
En el trabajo orientado hacia la obtención de un mayor
reconocimiento de nuestra Comarca en la organización territorial de
la Entidad geográfica a que pertenecemos, se destacan muchos
nombres por todos conocidos y fue tan fructífera su labor que desde
principios de la década de los años sesenta se logra el rango de
Municipio bautizado con el nombre de la singular mujer
mamporaleña, heroína de los tiempos de la independencia
venezolana, a quien la historia patria inscribe como Eulalia Buroz.
El crecimiento experimentado por Mamporal a partir de 1960
ha sido realmente como un resorte que impulsó el entusiasmo de sus
dirigentes, impidiendo que decayera el ritmo del trabajo emprendido
por quienes se convirtieron en verdaderos baluartes del magnífico
logro alcanzado y que está representado con la conversión en el
ansiado nivel de nuevo Distrito, es decir Municipio Autónomo, con
los privilegios, derechos y obligaciones consagrados en las leyes
nacionales vigentes sobre el particular.
En fecha tres de enero de mil novecientos noventa y dos se
inauguró una nueva etapa en Mamporal. Le correspondió a mi amigo
Elpidio Echenique la gran suerte de ser el primer Alcalde del
Municipio Autónomo Buroz, y también la titánica tarea de crear la
estructura organizativa y operativa del Municipio. Todo principio es
difícil y, por lo tanto, es obligante reconocer lo fructífero de la
colosal labor cumplida en éstos años por él y los otros integrantes de
la Cámara Edilicia y demás funcionarios dependientes de la Alcaldía
mamporaleña. Pueden sentirse satisfechos porque el camino está
abierto, pero es preciso mantener el ritmo y, en lo posible, acrecentar
la marcha para que no se detenga la carrera del progreso y bienestar.
Mamporal tiene merecimientos propios que justifican su
actual status. No solamente por el hecho de contarse entre los
primeros centros poblados constituidos en la Región. Es de hacer
notar que se inicia con jurisdicción propia el 16 de enero de 1738. Y
es que Mamporal es un pueblo con historia en el pasado. Y los
mamporaleños de hoy y los mamporaleños del mañana tienen que
responder al llamado de superar en brillantez las páginas de ayer.
Recordemos que para el año 1767, según la matrícula que
elabora el cura titular de Mamporal, padre Francisco Antonio Mas y
Ordoñez, y firma el 31 de agosto de dicho año, en la jurisdicción del
Curato la feligresía alcanzaba la cifra cercana a las quinientas (500)
almas, con un poblado donde albergaba a más de cien personas y
que, además del templo parroquial estaba formado por cuatro calles
orientadas de Norte a Sur y de Este a Oeste, bautizadas con los
siguientes nombres: Calle de la Santísima Trinidad, donde se
localizaban cinco casas; Calle de la Encarnación de Nuestro
Señor, en la cual se encontraban cuatro casas; Calle del Nacimiento
del Niño Dios, con seis casas; y la Calle de la Presentación del
Niño Dios, en que se identificaban cinco casas y en una de ellas
habitaba el señor Cura y sus acompañantes.
Durante toda la época colonial, Mamporal experimentó un
significativo desarrollo. En los años de la guerra independentista se
observa una marcada pérdida de importancia, por cuanto los
hacendados y muchos de sus principales habitantes del poblado
estaban identificados con el régimen colonial. El vecindario se
reduce. El número significativo de la población de la comarca se
encontrará repartida en la extensión del territorio. Después de 1830
recomienza nuevamente a conquistar su importancia perdida. La
gente construirá de nuevo, en vecindario bien dispuesto, sus casas
familiares de habitación, trazándose calles anchas, espaciosas y
rectilíneas que se mantienen hasta el presente. Calles tan anchas y
extendidas como la firme y sincera voluntad de los mamporaleños.
En el correr del tiempo, el pueblo del Valle de Santo
Domingo de Mamporal ha pasado a depender de una a otra
jurisdicción, como consecuencia de la inestabilidad de la división
territorial de Venezuela. En sus primeros tiempos estaba bajo el
dominio del Cantón Caucagua. (La historia del pueblo de Mamporal
durante el período colonial está comprendida en el libro que me
publicó la Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, cuyo bautizo
tuvo lugar acá mismo, en la Casa Parroquial, el pasado día sábado
26 de agosto).
Para 1825 era una Parroquia del Cantón Río Chico. En 1873
tenía Mamporal el rango de Municipio del Distrito Acevedo del para
entonces Estado Bolívar. En 1881 ese Municipio estaba conformado
por 273 casas y 1388 habitantes; pero el Pueblo de Mamporal
propiamente dicho tenía cuarenta y seis (46) casas en el vecindario
de sus calles y unos doscientos ochenta y seis (286) habitantes. En
1891, conjuntamente con Tacarigua formaba el Municipio Acevedo
del Distrito Páez del Estado Miranda.
En 1870 el Presidente, General Antonio Guzmán Blanco,
decreta la instrucción gratuita y obligatoria en Venezuela, y
comienzan a sembrarse escuelas en todo el territorio. Muy pronto las
luces del saber estarán iluminando en nuestro querido terruño.
Precisamente, el día 8 de abril de 1874 se decreta la Escuela Federal
Nº 135, diurna y para varones, instalada en Mamporal, a la cual
asistían cincuenta alumnos como estudiantes. En 1881, además de la
Escuela Federal Nº 135, ya citada, y dirigida por la insigne Maestra
Victoria Rodríguez, funcionaba en nuestro querido terruño una
Escuela Municipal que había sido fundada en enero de 1880, para
hembras, a la cual asistían treinta niñas a quienes se esmeraba en
educar la Maestra Victoria Roldán.
En este suelo de Mamporal nació y vivió poco más de quince
años la gran heroína Eulalia Buroz. Aquí nació y vivió siempre y
trabajó en su propia hacienda cacaotera, su padre. Y sus antepasados
se cuentan entre los primeros a quienes asignan tierras y fundan
haciendas de cacao y otros productos, en los años iniciales del siglo
que comienza en 1700.
Resulta sorprendente imaginar la vida de nuestra heroína: es
la última de los seis hijos del matrimonio formado por Francisco
Antonio Ramos González y María Isabel Sánchez Romero, nacida
en el pueblo de Mamporal el doce (12) de febrero de mil setecientos
noventa y seis (1796). Contrae matrimonio cuando apenas
sobrepasaba los dieciséis años, con un joven de la localidad pero los
azares de la guerra por la independencia y su profundo sentir de
patriota le imposibilitan llevar una vida tranquila y sedentaria. Todo
lo deja en la certeza de que “quien lo deja todo por un ideal superior
nada pierde y gana todo cuanto le consagra”.
En 1813 está en Caracas viviendo en el hogar de los esposos
Capitán Evaristo Buroz y doña Josefa Antonia Tovar y Bañes, y
desplegando sobresalientes labores en beneficio de la causa de la
revolución americana, junto con los integrantes de la familia Buroz.
El año siguiente pasa por Mamporal formando parte de la triste
emigración hacia las regiones del oriente del país que ordena
Bolívar. Seguidamente peregrinará por Cartagena y las islas
Antillanas, retornando a Venezuela en 1815 y ser lacerada por la
noticia de la deplorable suerte corrida por su esposo el Oficial
republicano Juan José Velásquez.
Se casará nuevamente en 1816, ahora con el Coronel Charles
Chamberlain, Edecán del Libertador, pero tampoco vivirá momentos
de reposo ya que no podrá separarse de las contingencias de la
guerra que la envuelve y porque, además, el destino la acercaba en
forma presurosa al momento culminante de su heroicidad.
Esa ocasión llega el día 7 de abril de 1817, cuando los
patriotas no pueden resistir al ataque inclemente de los realistas.
Ante el pánico, confusión y lamentaciones que reinaban en el
antiguo convento de los franciscanos, de Barcelona, improvisado
como fortaleza, se desplaza solícita la extraordinaria belleza y
valentía de los veintiún años de edad de esa ejemplar mamporaleña,
socorriendo a los necesitados y tratando de impartir ejemplo de
serenidad y sosiego en esos cruciales momentos.
Su esposo que convalecía de la herida resultante de un
anterior combate, muere de un tiro de su propia pistola. Entre el
fragor del combate se abre paso Eulalia Buroz armada de pistola y
de su gran arrojo. Muere en un acto de sublimidad heroica y es
desgarrador su final físico; pero su grandeza crece con los años
como esas cumbres que parecen más elevadas sobre el horizonte a
medida que uno se aleja más de ellas.
Amigos todos. Permítaseme aprovechar esta oportunidad y
esta tan importante tribuna para expresar un breve mensaje, mejor
dicho, una pequeña reflexión. Recientemente se cumplió el gran
torneo cívico de las elecciones y el surgimiento de un nuevo equipo
de autoridades municipales. No debe mantenerse la existencia de
grupos ganadores y grupos perdedores. Ahora más que nunca,
Mamporal requiere que sus habitantes procuren sentir la necesidad
colectiva de unidad y coincidencia en todo aquello que contribuya al
bienestar y progreso.
Me parece obligante la urgencia de hacer un lazo que nos
aproxime y, en lo posible, nos una en la búsqueda de un futuro
provisor para la comarca entera. Persuadidos debemos desechar por
perniciosos, es decir, por dañinos, las consejas, expresiones y
acciones que puedan generar discordias y desavenencias entre los
mamporaleños y pobladores del Municipio Autónomo Buroz.
Coterráneos. Todos aliados para continuar con éxito la
empresa de llevar a Mamporal, al Municipio Autónomo Buroz, a un
nivel cada vez más destacado en el panorama nacional. Muchas
gracias.”
(Discurso pronunciado por el doctor CARMELO
PAIVA PALACIOS en el pueblo de Mamporal,
Municipio Autónomo Buroz del Estado Miranda, el
día lunes 11 de diciembre de 1995).
El día 4 de agosto, siempre ha sido muy especial para los habitantes de Mamporal. Se mantiene la tradición de reconocerlo como fecha principal y propia a Santo Domingo de Guzmán, su venerado Patrono.
Aunque desde 1971 (Como consecuencia de la modificación decretada por el Papa Pablo VI) el calendario religioso señala la fecha de Santo Domingo de Guzmán para el día 8 de agosto, los mamporaleños y muchos devotos fervientes, sustentamos fiel y viva la costumbre impuesta en la postrimería del siglo dieciseis.
Fuente. Libro ". Mamporal: En Retazos del Recuerdo." Autor Carmelo Paiva Palacios
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