El hombre no ha nacido para vivir aislado, ha
nacido para vivir en sociedad y cumplir sus destino.
Recordemos las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: "Ama a tu prójimo como a tí mismo." "No hagas a otro lo no quieras que te hagan a ti". "Amaos los unos a los otros".
Todos debemos considerarnos como hermanos. No debemos humillar a nadie. Eso es fraternidad humana.
Amemos la justicia para no hacer mal a nadie. Amemos la caridad para hacer todo el bien posible.
Respetemos la vida, la libertad, el honor y la reputación de los demás.
Seamos indulgentes, generosos, tolerantes. Aprendamos a perdonar, porque Cristo perdonó a sus enemigos.
Respetemos la debilidad y la inocencia de los niños. Veneremos las canas de los ancianos. Compadezcámonos de todos los que sufren desgracia, enfermedad y miseria.
Fuente: Manual de Urbanidad
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