Amaya era una hermosa niña, de piel morena, sus cabellos negros y rizados, sus ojos grandes color castaños y un corazón muy noble. Amaya vivía con sus abuelitos, ya que su mamá voló al cielo el mismo día que ella nació.
Amaya y Juan su hermano mayor quedaron al cuidado de los abuelos, vivían en una linda casa , en El Jarillo un pueblito del estado Miranda. Allí cultivaban toda clase de frutas y verduras.
Amaya creció rodeada de los cariños y mimos de sus abuelos, era una niña muy querida por los vecinos y por todas aquellas personas que le conocian, ayudaba a su abuelo a vender las frutas y verduras que cosechaba. asistia a una escuela del pueblo y era muy aplicada y responsable con sus deberes escolares.
Al poco tiempo su abuela enfermó. Amaya estaba muy preocupa, y oraba a Dios todas las noches por la salud de su abuelita. En una oportunidad por la puerta de su casa pasó una viejecita y le dijo a la niña:
_ Tu abuelita se cura con el té de la flor de la Esperanza. Ella preguntó:
_¿ Dónde la puedo conseguir?.
_ En lo último de la colina , respondió la viejecita y partio.
Amaya llena de alegría , fue a contarle a su abuelita , lo ocurrido y se ofreció subir a la colina en buscar de la flor , pero su abuela no quiso por miedo a que a la niña le pasara algo, estaba muy pequeña. Llamaron al hermano mayor, que era de muy mal carácter, bravo partió en busca de la flor. Al llegar a la la mitad de la colina se encontró a un señor que le preguntó: _ A dónde va joven? a lo que el muchacho respondió molesto:
_ A dónde me da la gana, y el señor le respondió: _ Qué te vaya bien a dónde te de la gana.
El muchacho estuvo perdido por varios días y tuvo que regresar a la casa sin la flor.
Al llegar, Juan, a la casa sin la flor, Amaya se puso a llorar y le suplicó a sus abuelitos que la dejaran ir que ella traería la flor para la cura de su abuelita, tanto insistió que la dejaron ir. Amaya empezó a subir la colina y al llegar a la mitad de la colina, se encontró a una viejecita que le preguntó: _ A dónde vas mi hermosa niña? y la niña le contestó : _ Al final de la colina, en busca de la flor de la esperanza para curar a mi abuelita que esta muy enferma. La dulce mujer que no era otra , que la Virgen, le indico el camino, la niña siguió el recorrido y arrancó las flores que eran la medicina para su abuelita.
Muy contenta regresó a su casa , sus abuelitos, la recibieron llenos de alegría.
Amaya le preparó a su abuelita varios té con la flor de la esperanza .
La abuelita se curó. Y sembraron en el hermoso jardín de la casa muchas semillas de la flor de la esperanza, que muy pronto nacieron y pudieron ayudar a otras personas a recuperar la salud.
Y siguieron viviendo muy felices por siempre.
"Hay tres cosas que nunca debes perder, la fe, la esperanza y el amor".......
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