Dramatización. Puesta en escena de cuentos, narraciones y novelas.
Títeres. Elaboración y montaje de un espectáculo de títeres a partir de un cuento o narración literaria.
Reseñas o recomendaciones de libros. Realizadas por los propios niños para usarlos en carteleras, periódicos escolares, exposiciones, etc. Elaboración de pequeños catálogos o volantes para repartir en otros salones o a otros alumnos de la escuela. Puede hacerse también en forma de carta o aun amigo, en la que se explica por qué les gustó un texto o un libro.
Hablar o escribirle al autor o a los personajes. Puede realizarse a través de una dramatización en que el maestro o algunos niños hagan las veces del escritor o de los personajes de la obra, para conversar con ellos o hacerles una entrevista, o también por medio de cartas que les escriban.
El juicio. Se organiza un tribunal con jueces, acusador, defensor y jurados para enjuiciar a algún personaje de un cuento.
Los lecto-juegos, propuestos por Martha Sastrías, que pueden ayudar al niño o profundizar e interpretar mejor una obra literaria a través de juegos:
¿Quién soy? Después de contar una historia con varios personajes, los niños por pareja o equipos, elaboran el vestuario de cada personaje, para el reconocimiento e identificación de estos.
¿Quién está escondido? Los niños elaboran (con creyones u otros materiales) tantos cartones como personajes haya. El facilitador esconde uno de ellos y los alumnos deben averiguar cuál es el que falta.
¿Quién lo dijo? Decir, escribir o leer frases de diferentes personajes para que los niños descubran quién las dijo.
¿Cuál de las tres será? Elaborar un cuestionario sobre los personajes o situaciones de un libro, en el que cada pregunta tenga tres respuestas, dos falsas y una verdadera, a fin de que los niños individualmente o en equipos las respondan.
El cuento rompecabezas. Se corta un cuento en varias partes y se distribuye entre los niños desordenadamente, para que lo armen nuevamente. (Robledo y Rodríguez).
Historias para jugar o una historia con varios finales. Esta estrategia puesta en práctica por Gianni Rodari, ha sido muy utilizada. Consiste en leer un cuento hasta un determinado punto –antes del desenlace- y proponerle a los niños que entre todos inventen o escriban el final. También pueden escribirlo diferentes equipos o cada niño en forma individual. Luego se puede escoger el que más guste al grupo o reescribirlo, tomando ideas o propuestas de varios alumnos. Un ejercicio que estimula la capacidad de invención, así como el trabajo y gusto por la escritura.
Gran circo de papel. Esta estrategia utilizada por Velia Bosch en sus talleres, consiste en ofrecer a los niños las estrofas de un poema para que ellos lo armen a su manera. En un sobre cerrado permanece el poema tal y como fue escrito por su autor para, al final, compararlo con las creaciones de los niños.
El menú literario. Con una serie de libros o lecturas los niños realizan un menú parecido al de los restaurantes con aperitivos, entradas, platos fuertes o principales y postres (Robledo y Rodríguez)para ofrecérselos a otros “comensales” o lectores (niños de otro salón, o a los demás alumnos de la escuela).
Encuentros con autores o ilustradores. Para conocerlos o realizar actividades de lectura, escritura o dibujos con ellos.
Exposiciones de libros. Organizar exposiciones en el salón, la biblioteca, el patio del recreo u otras áreas de la escuela.
Visitar bibliotecas públicas o las de los museos u otras instituciones.
Organizar recitales o foros. Sobre un tema, un libro o un autor.
Organizar cine-foros. Pasar películas basadas en obras literarias y abrir una polémica en la que se hable de la obra, se lean algunos pasajes, se confronten valores, etc. Ejemplo: El principito, La Sirenita, Momo, etc.
Realizar campañas de lectura. Los niños pueden realizar slogan, carteles o frases sobre la lectura para ubicarlos en diferentes sitios del colegio o la comunidad.
Para finalizar, queremos insistir en la necesidad e importancia de reivindicar la lectura gozosa, comprensiva y reflexiva de los textos literarios y los libros en el aula. Todo ello con la finalidad de propiciar la comprensión lectora y alimentar la expresión oral y escrita, la creación literaria y la formación ética en nuestros alumnos, es decir, para enriquecer la vida de nuestros niños y jóvenes.
3 Rodari, Gianni. (1992). Gramática de la fantasía. Barcelona: Ferrán Pelissa Editor. P.141-144
4 Ver Por una escuela que lea y escriba de Robledo y Rodríguez. P. 83-84
5 O.c p. 86.
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