Funciones del Coordinador Pedagógico.
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[image: Coordinación Pedagógico. Maestra Asunción]
*A continuación se describen algunas de las funciones del Docente a cargo
de la Coordinación Pedagóg...
viernes, 5 de octubre de 2012
Teresa de la Parra
Por razones circunstanciales nació en París el 5 de octubre de 1889, hija Rafael Parra Hernáiz y de Isabel Sanojo, esta tierna escritora venezolana cuyo verdadero nombre era el de Ana Teresa Parra Sanojo. Hacia 1902 cuando tiene tres años de edad la familia la trae a Venezuela y viven en la hacienda "Tazón", cerca de El Valle (Distrito Federal). Pero al morir su padre en 1906, Ana Teresa es llevada a España, donde cursa estudios en Valencia, en el colegio Sacré Coeur. En 1915, sale del colegio y viaja a París donde permanece algún tiempo antes de regresar a Caracas. Ya para esa fecha, ha escrito varios cuentos firmados con el seudónimo de «Fru-Fru».
Luego regresa a Venezuela, y en su Caracas afectiva se nutre de los ingredientes que conformarán sus novelas. Con el seudónimo de Teresa de La Parra participa en un concurso de escritores americanos con la novela Ifigenia, en 1924. La obra causó tal sensación que obtuvo el primer premio y fue publicada por el Instituto Hispanoamericano de la Cultura Francesa. Se ha dicho que Ifigenia es la propia Teresa de La Parra, expresivamente feminista, con muchos años de adelanto a la época que le toco vivir.
Para 1926 se encuentra en París presidiendo un círculo literario.
En 1927 viaja a Cuba para representar a Venezuela en la Conferencia Interamericana de Periodistas y diserta sobre «La influencia oculta de las mujeres en el Continente y en la vida de Bolívar»; pasa luego a Colombia, invitada por el gobierno de ese país y dicta una serie de conferencias que tienen por tema la «Importancia de la mujer durante la Colonia y la Independencia».
En 1928 regresa a Europa y comienza a escribir su segunda novela Memorias de Mamá Blanca y retorna a Venezuela en 1929.
Al poco tiempo, con la salud minada por la tuberculosis, va a Suiza a internarse en un sanatorio, donde reside, casi hasta su muerte.
Otra de las novelas perdurables de Teresa de La Parra es Memorias de Mamá Blanca; publicada en 1929. De ella se han hecho tantas ediciones como de Ifigenia, y es de obligada lectura en nuestros días.
Teresa de la Parra murió en Madrid el 23 de abril de 1936, cuando su genio prometía entregarnos tantas páginas gratas. Sus restos fueron trasladados a Caracas y reposan en el Panteón Nacional.
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