Sebastián
Francisco de Miranda nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. Sus padres fueron
Sebastián de Miranda, canario y Francisca Antonia Rodríguez, caraqueña.
A los 17
años fue a España a dedicarse a la
carrera de las armas y como oficial español peleó en Argelia, Misisipí y
Florida.
Se alistó
como voluntario en el ejército francés que peleaba por la independencia de los
Estados Unidos; peleó en el ejército revolucionario
francés, donde por sus méritos obtuvo el grado de General; fue encarcelado por
haber sido acusado de cómplice de la
traición del general francés Dumouriez; pero llevado a los tribunales se
defendió con tanta brillantez que fue absuelto y sacado en hombros por las calles.
Su nombre figura
en el Arco de Triunfo de París, al lado de los grandes generales en la época de
Napoleón.
Viajó por
varias capitales europeas y asiáticas. Fue amigo delas personas más influyentes
de la época: José II, Emperador de Austria; Catalina II, Emperatriz de Rusia;
Pitt, primer ministro de Inglaterra, de quien recibió protección. Durante
quince años solicitó protección de las cortes europeas para liberar a su patria
y el resto de la América, pues quería formar un gobierno que se extendiera desde
México hasta el Cabo de Hornos.
En 1806
volvió a Venezuela en su primera tentativa de Independencia, pero fracasó.
En 1810, ayudado
por Bolívar, inició el movimiento revolucionario en Venezuela y en 1812 fue hecho preso y mandado a las bóvedas de
Puerto Cabello; luego a Puerto Rico y por último a España, al Castillo de
las Siete Torres del Arsenal de la
Carraca, donde murió el 14 de julio de 1816.
Los restos
de Miranda se perdieron. En el Panteón Nacional de Caracas se encuentra un
monumento que tiene una urna con la tapa levantada y al lado una figura de
mujer llorando, la cual representa que Venezuela llora los restos perdidos de
Miranda.
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