miércoles, 16 de mayo de 2012

Aquiles Nazoa








Este periodista, poeta y humorista nació el 17 de mayo de 1920 en la barriada caraqueña de El Guarataro, en una familia muy humilde. Sus padres fueron Rafael Nazoa, quien era jardinero, y Micaela González. Sus primeros estudios los llevó a cabo en el Colegio “El Buen Consejo”, bajo la guía del padre Julián Fuentes Figueroa.

Nazoa  se  vio obligado a comenzar a trabajar a los 12 años para ayudar a su familia, por lo que completó su formación de manera autodidacta. Así se desempeñó primero como carpintero, telefonista y botones del hotel  Majestic  de Caracas. Tres años después ingresó al diario caraqueño El Universal, donde trabajó como empaquetador, archivista de clisés y, posteriormente, como tipógrafo y corrector de pruebas.

Paralelamente en 1938, logró obtener un puesto como guía en el Museo de Bellas Artes, gracias a que aprendió a leer francés e inglés. Fue corresponsal en Puerto Cabello de El Universal, y un artículo suyo en el que criticaba la actuación de las autoridades en la erradicación de la malaria, le valió una demanda del Concejo Municipal de Puerto Cabello por difamación e injuria, y un período en prisión en 1940.

Tras recuperar su libertad, volvió a la capital venezolana. Allí empezó su camino en la radio en la emisora Radio Tropical, y continuó con una columna en El Universal titulada Por la misma calle. En esa misma época, pasó también a formar parte del equipo del diario Últimas Noticias como corrector de pruebas y reportero telefónico, y surgió su célebre seudónimo Lancero, con una sección llamada A punta de lanza dedicada a sus poemas humorísticos.

Igualmente, resaltó sus capacidades humorísticas en el semanario satírico El Morrocoy Azul, bajo el seudónimo Jacinto Ven a Veinte, y publicó Aniversario del color, poesías y Método práctico para aprender a leer en VII lecciones musicales con acompañamiento de gotas de agua, que consistía en una serie de poemas infantiles en prosa.

En 1943 se inició como colaborador del diario El Nacional, y de las revistas Élite y Fantoches.

Viajó a Colombia en 1944, donde pudo participar en la revista Sábado con cierta regularidad, y luego se trasladó a Cuba. A su regreso a Venezuela publicó el libro El transeúnte sonreído, que incluyó dos de sus poemas más recordados Balada pesimista y Anotaciones de un aburrido. A finales de la década de los ‘40 ganó el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de escritores humorísticos y costumbristas.

Se dice que en esos años se inscribió en el Partido Comunista.

En 1950, salieron dos libros suyos El Ruiseñor de Catuche y Marcos Manaure, idea para una película venezolana, el cual contó con el prólogo de Juan Liscano. Cuando El Morrocoy Azul fue controlado por el gobierno, Nazoa y los demás periodistas pasaron a trabajar en la revista humorística El Tocador de las señoras. No obstante, la situación política se hizo cada vez más difícil, y no tuvo otra opción que exiliarse.

Al caer la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, retornó a Venezuela y comenzó a participar en la revista Dominguito, fundada en febrero de 1958 por Gabriel Bracho Montiel. Un año después, desarrolló con su hermano Aníbal Una señora en apuros, que fue una interesante publicación humorística de poca vida. Lo mismo sucedió con El Fósforo, del cual fue editor.

Durante esos años, produjo una gran cantidad de obras como Caperucita criolla, Diez poetas venezolanos contemporáneos, Cuentos contemporáneos hispanoamericanos, Poesía para colorear, El burro flautista, Los dibujos de Leo y Caballo de manteca.

Aparte de su labor poética, Nazoa escribió una serie de libros entre los que se cuentan el ensayo Cuba, de Martí a Fidel Castro de 1961; Caracas, física y espiritual; y Humorismo gráfico en Venezuela.

Para 1970 salió Humor y amor de Aquiles Nazoa, una compilación de sus mejores obras, y Retrato hablado de matapalo. En los años siguientes la literatura venezolana se nutrió con trabajos como Venezuela suya, Los sin cuenta usos de la electricidad, Gusto y regusto de la cocina venezolana, Vida privada de las muñecas de trapo, Raúl Santana con un pueblo en el bolsillo, Genial e ingenioso: La obra literaria y gráfica del gran artista caraqueño Leoncio Martínez y, finalmente, Aquiles y la Navidad.

En esos años, se dedicó a dictar charlas y conferencias, y tuvo un programa de televisión titulado Las cosas más sencillas. Además, llevó al teatro varias obras humorísticas con gran éxito.

Aquiles Nazoa falleció en un accidente de tránsito en la autopista Caracas-Valencia el 25 de abril de 1976. Con la iniciativa de Pedro león Zapata, se creó en marzo de 1980 en la Universidad Central de Venezuela, la cátedra libre de humorismo Aquiles Nazoa.

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Fuentes consultadas:

• Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Venezuela.

•Venezuelatuya.com




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