domingo, 15 de julio de 2012

16 de julio fiesta en honor a la Virgen del Carmen


El 16 de julio es una fecha especial para la Orden Carmelitana. Hace 750 años su Prior, san Simon Stock, recibía, como cuenta la tradición, un escapulario de manos de la Virgen María. la entrega de ese símbolo se ha llenado de historia y significado, y supone
para muchos fieles, no solo carmelitas, un lazo especial de amor que les une fuertemente con María, Madre y poderosa intercesora
de sus hijos ante Dios, El mismo Juan Pablo 11 reconoce estar unido al escapulario de la Virgen del Carmen desde su juventud.

Estrella del mar, estrella de la mañana, rezaba el santo carmelita Simón Stock hace casi ocho siglos a la Virgen María, cuando su Orden sufría persecuciones y duros momentos. El premio en vida a tanto amor, según reza la tradición, fue la aparición de la Virgen a este santo, el 16 de julio de 1251. En esta aparición la Virgen entregó a Simón Stock un Escapulario, símbolo que se convertiría, a través de la historia, en una señal de compromiso cristiano, no sólo para los carmelitas, sino para todos los fieles. Este debe ser un signo de salvación y privilegio para ti y para todos los carmelitas: quien muera usando el Escapulario no sufrirá el fuego eterno, fueron las palabras de María al santo.

De esta forma, el Escapulario se convierte en un sacramental, que, según el Vaticano II, es un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia.

750 años de historia separan ya a la Orden del Carmen, los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, de aquel providencia] momento. Las celebraciones no se han hecho esperar, y toda la familia carmelitana se reunirá los días 11 y 12 de septiembre en la Plaza de San Pedro, de Roma, en un encuentro internacional para dar gracias a la Virgen del Carmen, y al Papa también por la hermosa Carta que envió a los Superiores Generales de las dos ramas carmelitas, los padres Joseph Chalmers, de la antigua, o calzada, y Camilo Maccise, de la rama reformada por santa Teresa y san Juan de la Cruz, llamada descalza. En ella, el Pontífice sorprendió a muchos haciendo una revelación muy personal: ¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace mucho tiempo, el Escapulario del Carmen!, al tiempo que afirmaba con gozo saber que la Orden del Carmen, en sus dos ramas, antigua y reformada, quiere expresar su propio amor filial hacia el Carmelo, Madre y Guía en el camino de la santidad.
Y es que la Orden del Carmen no tenía en sus orígenes más primitivos un hombre o mujer a quien acudir como fundadora, ni en la Norma de vida que les da san Alberto se mencionaba explícitamente a la Virgen. Su ideal de perfección no estuvo bien definido imitado desde el principio, pero se fue perfilando lentamente, y centrando en la experiencia de una Patrona, dedicándole el año 2001, invocada con tensa vida interior, junto con el seguimiento de las enseñanzas del Evangelio y una devoción especial a la Virgen María, que es el prototipo que ayuda a la unión con Dios.

Los orígenes de la Orden del Carmen se hunden en los cruzados, penitentes y peregrinos que se asentaron en el siglo XII en las laderas del monte Carmelo, en Palestina, de donde viene su nombre: carmelitas. En este monte; como recuerdan los libros 1 y 11 de los Reyes en la Biblia, el gran profeta Elías luchó en defensa de la pureza de la fe en el Dios de Israel, y los peregrinos que hasta él llegaban trataban de vivir de forma eremítica, y en la imitación del profeta Elías, su vida cristiana. Con el tiempo este grupo de ermita los decidió obtener una estabilidad jurídica y se dirigieron al que entonces era Patriarca de Jerusalén, Alberto Avogadro, residente en las cercanías del Carmelo, quien escribió para ellos una fórmula de vida. La finalidad de la Orden no sería otra que la de vivir en obsequio de Jesucristo, al que implícitamente eligieron como Patrono y Dominus loci, pero su elección explícita fue para la Madre, la virgen María, especialmente por su bondad y en sus cuidados de Madre, convirtiéndose así en una Orden mariana.

En los primeros siglos, los carmelitas celebraron como Patrona principal de la Orden a la Virgen bajo advocaciones como la Anunciación, la Asunción y, sobre todo, la Inmaculada Concepción. Pero el milagro del Escapulario vino a engrandecer la fiesta del Carmen el día 16 de julio como el de la consagración del Carmelo a María, celebrándose no sólo en tierra, sino también en el mar, porque la Virgen del Carmen, Estrella de los mares, es también Patrona de las gentes del mar desde hace siglos, en honor a los muchos prodigios y milagros que la intercesión de la Virgen ha producido. Como canta la copla popular: Por encima de las olas van españolas galeras, y la Virgen del Carmelo es su mejor timonera.


A. Llamas Palacio



http://ubedaenlared.eresmas.com/cguia3.htm

http://www.planalfa.es/confer/Carmelitas




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