jueves, 20 de junio de 2013

La Mentira.. Lo que los padres tienen que practicar para poderlo enseñar a los hijos.


 
Mentir. El octavo Mandamiento de la Ley de Dios prohíbe “Levantar falsos testimonios y mentir”. Lo que significa no expresar o manifestar alguna cosa contraria a la verdad, o alterarla a sabiendas, con ánimo de engañar o inducir a error.

Para mentir hace falta tener muy buena memoria y ser muy inteligente, pues antes se le coge al mentiroso que al cojo. Mentir es muy fácil, lo difícil es que no te descubran rápidamente.

Calumniar al prójimo es la máxima expresión de la mentira y muy difícil de devolver la fama quitada. El derecho a la fama, está relacionado con la parábola de aventar en el campo las plumas de una almohada y después intentar recogerlas todas, cosa que es imposible. Por eso la mentira, sobre todo en la fama de las personas, suele ser de situación irreversible.

La mentira también tiene diversos grados de gravedad, en función del daño que haga a las personas que la reciben. Por lo tanto la forma de perdonarla o castigarla, ira en proporción a su gravedad.

La mentira está relacionada con: Falsificar, adulterar, alterar, engañar, desdecir, faltar a la verdad, fingir, ocultar, confundir, falsear, la hipocresía, la falacia, la inexactitud, etc.

La verdad, que es la antitesis de la mentira, está relacionada con: La sinceridad, el dogma, la ortodoxia, la evidencia, la afirmación, etc.

Las mentiras de los padres. Los padres con su ejemplo de decir siempre la verdad, tienen que ser los mejores educadores de sus hijos en esta virtud. Un padre que miente, aunque sea en cosas baladíes, siempre será un padre mentiroso a los ojos de los hijos, desacreditado para dar consejos sobre los problemas que conlleva la mentira y también descalificado, cuando habla de las ventajas de la verdad o cuando quiera poner castigos a los hijos mentirosos. Por ello los padres deben estar dando ejemplo continuamente, principalmente cuando están en presencia de los hijos. Los padres tienen que suprimir esas situaciones, en las que obligan a sus hijos a que mientan por ellos, utilizándolos, para que les saquen de un compromiso, como por ejemplo cuando les dicen que contesten al teléfono y que si es Fulano, le digan que no están los padres en la casa. Cuando mienten delante de sus hijos en la edad, para sacar provecho económico en el precio de las entradas. Engañar o mentir en los impuestos, ocultar cosas en las tiendas, (mentira y robo suelen estar muy cercanas), etc.

Las mentiras de los hijos: Los padres deben inculcar a los hijos, desde que son muy pequeños, a decir siempre la verdad y a no mentir, premiando si es necesario, la sinceridad y enseñándoles a valorar el riesgo que los hijos toman, cuando dicen la verdad, riesgo que en la mayoría de los casos es nulo o casi nulo.
La mentira se convierte en hábito en algunos casos, para ocultar o encubrir algunos hechos, que no les gusta que se sepan, debido a que tienen miedo a decirlos o porque temen al posible castigo.

Los hijos siempre están en desventaja e inferioridad, cuando mienten ante terceros, pues su personalidad no sabe enfrentarse, a los riegos que supone la mentira. Les es muy difícil disimular cuando mienten o hacer frente a las aclaraciones, que lógicamente los mayores les cuestionan. Los signos externos de la mentira, suelen ser muy elocuentes para las personas mayores, principalmente cuando ya han perdido la confianza en los jóvenes, pues suele haber muchas pruebas delatadoras de la mentira.

La forma de ocultar la verdad y sustituirla por la mentira, suele ser una prueba donde ellos mismo se van acorralando, hasta que se descubre la mentira dicha. Cuando los hijos empiezan a dar muchas explicaciones, sobre una situación difícil, sin habérsela pedido, suele ser una forma manifiesta de ocultar una verdad o intentar disfrazar una mentira
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La mentira puede y debe perdonarse a los hijos, siempre y cuando, haya un firme propósito de la enmienda y una satisfacción para enmendar, lo que se ha dicho o pensado.

Mentiras ante los maestros. Algunas veces las mentiras de los alumnos están consentidas, apoyadas o inducidas por los propios padres, debido a una excesiva y mal interpretada protección hacia los hijos o por ocultar los problemas familiares. Las frases de “dile al maestro que el próximo día no podrá ir a clase, porque tienes que ir al médico”, cuando la realidad es que la familia, se marcha de excursión el fin de semana. Casos como este de las faltas de asistencia, o los originados porque no han terminado las tareas escolares, son los que, cuando se prodigan, hacen sospechar a los maestros. Estas mentiras dichas en la escuela, son las que quitan autoridad a los padres, ante los maestros y ante los hijos. Luego cuando necesitan emplear la autoridad, al exigir los buenos resultados escolares, las mentiras de los padres se convierte en un arma arrojadiza, que hiere a ellos y a los hijos
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Mentiras ante el trabajo. Las mentiras que los padres dicen relacionadas con su trabajo, maleducan a los hijos para el futuro. Las excusas de supuestas enfermedades o problemas familiares, para no asistir al trabajo, abren la puerta a las mismas excusas, para que los hijos las utilicen ante sus obligaciones escolares, familiares o sociales.

Mentiras ante la familia. Las mentiras dichas en la privacidad de la familia o entre sus miembros, cercanos o lejanos, crean el caldo de cultivo, para que los hijos se acostumbren a escucharlas y posteriormente a decirlas. Si sienten que sus padres o parientes cercanos, dicen mentiras, para los jóvenes será más fácil el acostumbrarse a decirlas. Por eso los padres y familiares, tienen que practicar el decir siempre la verdad, porque de lo contrario, también siembran la costumbre de la mentira en los más jóvenes.

Mentiras ante la religión. Como digo anteriormente, la mentira está prohibida en el Octavo Mandamiento de la Ley de Dios y tiene mucha más gravedad, cuando se miente ante los representantes de la Iglesia. En la Iglesia Católica existe el Sacramento de la Confesión, donde pretender mentir ante Dios es engañarse a uno mismo. La mentira como otros pecados, para que sea perdonada, tiene que tener el propósito de la enmienda y la restitución del daño establecido. Sin estas dos principales condiciones, no existe el perdón de la mentira. De ahí la obligación de los padres de enseñar a los hijos, desde muy pequeños, a que se acostumbren a no mentir y a decir siempre la verdad. Y en el caso de que cometan una mentira, hacerles ver la necesidad de confesarla, pidiendo perdón e intentar la restitución del daño ocasionado.

 Las siguientes tipos de mentiras dichas en situaciones anómalas, también deben explicarse a los hijos, para que conozcan todos los aspectos de sus obligaciones y derechos relacionados con la mentira.

Mentiras piadosas. En algunas ocasiones, hay atenuantes para decir mentiras. Es el caso de que, diciendo la verdad se puede producir un daño grave e irreparable. Por ejemplo: Cuando en determinadas ocasiones, hay que hablar con un enfermo o accidentado, con el fin de no agravar la situación. Cuando los soldados son interrogados por los enemigos, para conocer cuestiones secretas, que podrían producir muchas victimas. Cuando alguien tiene que incriminarse de un delito, tiene derecho a defenderse mintiendo. Cuando pretenden cometer una injusticia si se dice la verdad y no hay posibilidades de defender esa verdad.

Mentira oficiosa. Es la que se dice para intentar servir, agradar o alagar a otro al fomentar su vanidad. Cuando los padres dicen este tipo de mentiras, también se descalifican ante los hijos, pues quitan la veracidad, cuando verdaderamente la necesitan utilizar.

Mentira. Sentencias relacionada

Miente mas que habla.

El que dice una mentira, tiene que inventar veinte más para sostener su certeza.

El castigo del mentiroso es no ser creído ni cuando dice la verdad

Cubrir una falta con una mentira, es reemplazar una mancha con un agujero
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Lo que me molesta no es que me mientas, sino que, de aquí en adelante, ya no podré confiar en ti.

Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.

Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira.

Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más tiempo se hace rodar, más grande se vuelve
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Un vaso medio vacío de agua es también uno medio lleno, pero una mentira a medias, de ningún modo es una media verdad.

Se puede engañar a los hombres pero no a la conciencia
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Verdad. Sentencias relacionadas

La verdad disfrazada es la peor mentira

Nadie está en posesión de la verdad

La verdad sobre uno se conoce escuchando a los enemigos.

La verdad hace libres, la mentira encadena

Decir la verdad aunque nos dañe, es la mejor prueba de honradez
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La verdad, sino es entera, es medio mentira

La verdad no está de parte de quien grite más.

El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios

La verdad debe imponerse sin violencia.

Aunque digan la verdad, los mentirosos no son creídos


Fuente: blog Escuela Para Padre





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