sábado, 26 de julio de 2014

Los abuelos, un tesoro familiar.


           





             
                Unos son estrictos, otros muy consentidores. Unos son viejos, otros más jóvenes,        
                 pero todos, abuelos y abuelas, son fundamentales en el crecimiento emocional de
                 nuestros hijos.
                 No existen sustitutos de los padres, pero lo que definitivamente se acerca más al
                 amor por los hijos, son los abuelos.

                 La protección, el cariño que demuestran y el amor incondicional de los abuelos es
                 incomparable. Sus historias son tesoros puestos en palabras que nos dan a las
                 generaciones más jóvenes un sentido de identidad.

                 Grandes beneficios 

                 Algunos de los beneficios que nos da la convivencia con los abuelos son:
                 Para un niño, sus abuelos son la base de su historia personal. Todo ser humano
                 tiene la curiosidad de conocer sus raíces, su historia, de dónde viene, y los abuelos
                 representan esa parte de su pasado que forma parte de su vida.
                 No hay como los abuelos para ayudarnos a cuidar a los hijos. Que mejor que sangre
                 de su sangre para encargarse de los pequeños cuando la madre y el padre no
                 pueden hacerlo.

                 Los abuelos son magníficos compañeros de juego. Los niños a través del juego,
                 aprenden a relacionarse, a convivir, a pensar, a respetar reglas, a esperar su turno
                 (paciencia). El juego une, entretiene y divierte. Los niños encuentran en los abuelos
                 los compañeros ideales por el tiempo que pueden dedicarle, la paciencia y sabiduría
                 para enseñar y el cuidado que tendrán con los niños precisamente por el amor que
                 les tienen.

                 Los abuelos son paternidad con experiencia. Gracias a los años de vivencias y
                 experiencias personales, los abuelos nos aventajan en sabiduría, por lo que
                 debemos aprovecharla y aprender de ellos.

                 Los abuelos son los mejores confidentes y consejeros. Los niños ven en ellos las
                 personas con quienes pueden platicar de esos temas que, según los niños, sus
                 padres no entenderían. Los abuelos, gracias a los años que han vivido y a su
                 experiencia con sus propios hijos, saben ponerse "al nivel" de los niños y explicarles
                 los temas de forma sencilla y entretenida. Y con los adolescentes, pueden platicar de
                 temas que con sus padres se avergonzarían tratar, lo que da a los abuelos una
                 importancia trascendente en la educación de nuestros hijos.

                 Los abuelos son excelentes intermediarios entre padre e hijo cuando se presenta
                 algún conflicto.

                 No sólo se benefician los nietos de la relación con sus abuelos, pues también éstos
                 le dan un nuevo sentido a su vida, no sólo por la continuidad de la familia, sino
                 porque será como revivir esa época cuando ellos eran padres, sólo que sin el trabajo
                 que éste conlleva por lo que es más fácil de disfrutarlos.

                 Su insospechada importancia 

                 Los abuelos fomentan el sentido de identidad que toda persona en su infancia
                 necesita para sentirse seguro en la vida. Esta identidad se refiere a saber quién soy,
                 a quién me parezco y el lugar que ocupo en mi familia. Pero sobre todo, nos dan un
                 sentido de pertenencia, pues saber que uno es parte de algo, ayuda a hacer sentir
                 qué tan importante se es para los demás.
                 Es por eso, que los abuelos crean en sus nietos un sentido de seguridad que los
                 ayuda a desempeñarse mejor en el mundo.


               ¿  Cómo fomentar una buena relación con los abuelos ?

                 Conscientizar al niño de lo afortunado que es de tener abuelitos, y de la importancia
                 de mantener esa relación cercana. Una forma de hacerlo es visitarlos con frecuencia,
                 tener detalles con ellos como hacerles una carta diciéndoles cuánto los queremos, o
                 enviando fotografías (no hay abuelo que no se derrita con fotos de sus nietos).
                 Permitir a los abuelos pasar tiempo a solas con sus nietos para conocerse
                 mutuamente y de manera más íntima y personal.

                 No intervenir en la relación entre ambos, hay que recordar que el vínculo entre nietos
                 y abuelos es de ellos y que no necesitan intermediarios, a menos, claro, que se trate
                 de ayudar en un problema mayor, como podría ser un mal entendido que los
                 mantenga alejados.

                 No permitir que alguna diferencia que tengamos con alguno de los abuelos, tenga
                 influencia en la relación con sus nietos. Es frecuente escuchar que padres e hijos o
                 suegras y nueras, se encuentran distanciados por alguna diferencia o problema que
                 aleja por consiguiente también a los nietos y de esto, los únicos que saldrán
                 perdiendo serán estos últimos por dos razones:

                 La primera, que es común que las familias con el paso del tiempo se reconcilien, y
                 los nietos habrán perdido todo ese tiempo sin la compañía de sus abuelos, y la
                 segunda, sería muy negativo para su formación y educación ver que padres e hijos
                 están "peleados" cuando precisamente lo que buscamos es educarlos en el amor y
                 unidad que la familia supone.

                 Enseñarles fotos, contarles historias y anécdotas del pasado de los abuelos para
                 que los conozcan mejor.

                 Para el abuelo que lucha contra alguna enfermedad o depresión, el mantener
                 contacto con sus nietos le ayudará no sólo a sentirse mejor, por la alegría que
                 proporcionan los nietos y la distracción de sus problemas, sino que también se
                 sentirá de gran utilidad en su papel dentro de la familia.

                 Aprender a valorar y respetar a los abuelos es el mejor inicio para lograr una
                 convivencia familiar más plena, llena de generosidad, amistad y amor entre las
                 personas que la conforman.


Maru Sweeney

                 La autora es licenciada en Derecho, con estudios en Desarrollo Familiar.

San Joaquín y Santa Ana . Padres de la Santísima Virgen María y los abuelitos de Jesús !!!!!!!!!!. Su fiesta el 26 de julio















Joaquín significa: "Dios dispondrá". Ana quiere decir: "la bienhechora".

San Joaquín y Santa Ana tuvieron el honor de ser los padres de la Santísima Virgen María y los abuelitos de Nuestro Señor Jesucristo. Honor único en el mundo.

Antiguas tradiciones dicen que su hija María se las concedió Dios después de que ellos oraron con mucha fe por años y años.

Un santo de los primeros siglos afirma que Joaquín y Ana dividían los productos de sus campos en tres partes iguales: una para el templo, otra para los pobres y la tercera para los gastos de su hogar.

Escritos muy venerables cuentan que los papas presentaron desde muy pequeña a su hijita en el templo y que la llevaban muy frecuentemente allí para que la instruyeran en la santa religión. Parece que le hicieron aprender muchas frases de la Sagrada Escritura, porque Nuestra Señora en el Cántico que compuso cuando visitó a Isabel, cita varias frases del Libro Sagrado.

Que la familia mil veces bendecida de Joaquín, Ana y la Virgen María, llene de bendiciones y paz a nuestras famlias.-

Joaquín y Ana son dos nombres llenos de grandeza a los ojos de Dios, grandeza que se esconde en la sencillez y la humildad. Dos nombres con un sentido maravilloso y providencial.

Joaquín significa preparación del Señor, trabajo y constancia. La providencia divina mueve los hilos de la historia. Durante largos siglos el Señor preparó, por medio de los profetas y patriarcas, la venida del Deseado de las naciones. Israel deseaba con ansia renovada esta llegada.

La tardanza no ahogaba los anhelos de Joaquín y Ana. Ellos se acercaban al ocaso de la vida sin descendencia. Pero seguían rezando y porfiando al Señor con oración inflamada. Su esperanza se mantuvo incólume.

Ana "la Madre de la Mejor", como la llama Lope de Vega en el título de una comedia, quiere decir amor y plegaria. No era la primera que llevaba este nombre. Una contemporánea suya, la profetisa Ana, también esperaba al Mesías. Y lo encontró cuando Jesús fue presentado en el templo.

En el libro I de Samuel aparece otra Ana, la madre de Samuel, con una historia parecida a la de la madre de la Virgen María. Estaba rezando ante el Señor. Movía los labios, pero no se oía su voz.

Los sacerdotes creen que está borracha. "No he bebido vino, les dice, es que estaba derramando mi alma ante el Señor". Su alma estaba llena de tristeza. Sufre el oprobio de la esterilidad, porque Dios no la ha considerado digna de darle un hijo que pudiera ser el Mesías de Israel. Dios la hizo madre de Samuel.

Por eso reza y llora también la esposa de Joaquín. Presiente que va a llegar el Redentor, ora intensamente para acelerar su venida. Pero está triste, porque se ve envejecer en la esterilidad.

Las oraciones de Ana fueron escuchadas. Un ángel -según algunos el mismo de la Anunciación- se aparece a Ana en la Puerta Dorada del templo y le profetiza el nacimiento de una Niña que se llamará María y será la predilecta del Señor. "Oh bellísima Niña, dice San Juan Damasceno, benditas las entrañas y el vientre de los que saliste".

En el seno estéril de Ana germinó la plenitud de la gracia. En sus entrañas se realizó el sublime misterio de la Concepción Inmaculada de María "prodigio de prodigios y abismo de milagros", dice el Damascebo. "Santa tierra estéril, que al cabo produjo, toda la abundancia, que sustenta el mundo", según se expresa Miguel de Cervantes en "La Gitanilla".

Todos los antiguos anhelos se habían condensado en Joaquín y Ana, en ellos se iban a cumplir las promesas. Fueron los padres dichosos de la niña María, que Dios luego la haría su Madre y nuestra Madre.

De Joaquín y Ana podemos decir que si Dios los escogió para una obra tan admirable, grandes tuvieron que ser aquellos dos corazones. Si habían de educar a la que Dios escogía como Madre de su Hijo, cuánta dulzura, bondad y hermosura habría en aquellas almas. Pues habían sido destinados por Dios para ser los padres de una Niña sin par, no sólo sin mácula, sino llena de gracia "la llena de gracia", la bendita entre las mujeres, la Hermosa, la Agraciada, María "lugar alto en donde habita Dios".

El culto a San Joaquín es más reciente. Pero el culto a Santa Ana es muy antiguo. En Jerusalén está la iglesia de Santa Ana, cerca del templo. Allí vivían, según la tradición, Joaquín y Ana. Y, según la opinión de muchos Padres, ahí nació la Aurora de nuestra salvación, la Virgen María.

miércoles, 2 de julio de 2014

"En Esta Tarde, Cristo del Calvario". Poema de Gabriela Mistral.(Oración en verso).








En esta tarde, Cristo del Calvario,

vine a rogarte por mi carne enferma

pero, al verte, mis ojos van y vienen

de tu cuerpo a mi cuerpo con verguenza.



¿Cómo quejarme de mis pies cansados,

cuando veo los tuyos destrozados?

¿Cómo mostrarte mis manos vacías,

cuando las tuyas estan  llenas de heridas?



¿Cómo explicarte  a ti mi soledad,

cuando en la cruz alzado y solo estás?

¿Cómo explicarte que no tengo amor,

cuando tienes rasgado el corazón?



Ahora ya no me acuerdo de nada,

huyeron de mi todas mis dolencias.

El ímpetu del ruego que traía

se me ahoga en la boca pedigüeña



Y sólo pido no pedirte nada,

estar aquí, junto a tu imagen muerta,

ir aprendiendo que el dolor es sólo

la llave santa de tu santa puerta.
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