miércoles, 13 de noviembre de 2013

"LA MAGIA DE RECICLAR." (CUENTO PARA TRABAJAR EL RECICLAJE)


Érase una vez y mentira no es, que había una ciudad llamada
CIUDAD
SUCIA .Era un lugar donde la gente no sabía que hacer con la
basura y la tiraba a la calle.
Pronto todo quedó cubierto por la basura y los barrenderos/as no
podían recoger tanta basura y mantenerlo todo limpio.
Ya no había espacios para jugar, todo olía mal, los pajaritos no
visitaban la
ciudad y la gente empezaba a ponerse triste y enferma.
ANTONIO, GLORIMAR Y MARCOS, hablaron y hablaron y ninguna solución
hallaron. Nadie les había enseñado como solucionar el problema.
Entonces, un pajarito que los escuchó, esto les contó:
“No se preocupen
Ya que fácil lo tienen
esperen un poco
y ayuda tendrán”.
Muy contentos se pusieron y, de pronto, una música singular
pudieron escuchar.
“Si quieres ayudar
aprende a reciclar, clar, clar,
aprende a reciclar”.
ANTONIO, GLORIMAR Y MARCOS  se quedaron muy asombrados:
- ¡OH! ¿Quién cantara?
A lo lejos vieron como se les acercaba un viejo mago con una varita
mágica. El mago se acercó y se presentó:
- Soy el Mago Reciclar y ya sé lo que les pasa. Un pajarito me lo
ha contado.
Yo les enseñaré la magia de Reciclar.
El Mago Reciclar levantó su varita y con unos movimientos secretos
este conjuro empezó a lanzar:
Pin, catapí
la comida la
meto aquí.
Y entonces, por arte de magia, un gran contenedor gris apareció. A continuación, otro hechizo lanzó:
Pin, catapí
el papel lo
guardo aquí.
Surgió, ahora, un contenedor grande de color azul. Y siguió
lanzando otro conjuro:
Pin, catapí
El vidrio lo
echo aquí.
Brotó un nuevo contenedor, de color verde, que servía para guardar
el cristal.
Los niños estaban boquiabiertos, pero la magia de Reciclar aún no
había acabado:
Pin, catapí
Los envases los
deposito aquí.
Y al lado de los tres contenedores apareció el último, de color
amarillo, que servia para guardar los envases ligeros.
Todos se quedaron asombrados. ¡Cuán poderoso era ese mago!
Había creado cuatro contenedores con su magia. Uno gris para los
restos de comida, otro de color azul para el papel, otro verde para
el cristal y el cuarto y último de color amarillo para los envases
ligeros (de plástico, metal y cartón).
Antes de marcharse, el mago Reciclar lanzó un grandioso conjuro a
toda la
ciudad:
Plis, plas, cataplás
la magia de reciclar aprenderás.
Al poco tiempo, todos los habitantes de Ciudad  SUCIA  empezaron a
dejar sus basuras en cada uno de sus contenedores. Los restos de
comida en el contenedor gris, los papeles y diarios viejos en el
contenedor azul, las botellas de cristal que no servían en el
contenedor verde y los envases ligeros en el amarillo.
Mientras llevaban la basura esta canción se ponían a cantar:
“Si quieres ayudar
aprende a reciclar, clar, clar,
aprende a reciclar.
Tu amiga naturaleza
enferma está,
cuídala con esmero
pues todos la queremos.
Si quieres ayudar
aprende a reciclar, clar, clar, aprende a reciclar”.
Al cabo del tiempo todo limpio dejaron. Y pronto el nombre de la
ciudad cambiaron, en vez de llamarse Ciudad  SUCIA, ahora se
llama CIUDAD LIMPIA
Y COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO HA TERMINADO.
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