viernes, 20 de abril de 2018

LOS VALORES!!!!

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VALORES:
:: Son los diversos bienes a los que los seres humanos aspiramos. Es Dios quien nos los
aconseja no solo para agradarle a él sino para que vivamos felices compartiendo con las personas
que nos rodean. Y nos permite construir un mundo más bueno, más justo, más solidario, más feliz,
en todos los niveles: personal (yo), familiar (papá, mamá, hermanos, tíos, abuelos…) y social
(amigos, vecinos...)
A continuación recordaremos algunos :
-
 EL AMOR
 Amamos cuando ayudamos y obedecemos, cuando reímos y lloramos, cuando
servimos, cuando estudiamos… Pero el amor no se agota en un acto ni se reduce a un espacio de
tiempo, es infinito: cuanto más amamos más podemos ser amados.

Cuento: El sol ha dejado de existir

Había una vez un hermoso rosal que crecía en medio de una pradera, junto a una planta de cadillos,
fea y sin gracia. A pesar de ser tan hermoso, el rosal no era feliz, y veía con envidia al cadillo, que
siempre sonreía e irradiaba una alegría especial. Un día, el rosal no aguantó más y le preguntó al
cadillo la razón de su permanente alegría, a lo que éste respondió:
-Soy feliz porque me siento profundamente amado.

-¿Amado? ¿Y puede saberse quién te ama? Que yo sepa, todos los que pasan por aquí, se detienen
absortos ante la belleza de mis flores, y se extasían con mi perfume. En cambio, a ti nadie te mira. No
sé cómo nadie te ha arrancado todavía.
-¿Y quién habla de la gente que pasa por aquí?- exclamó el cadillo, -Yo me refiero al sol. El nos ama
a ti y a mí, y eso me hace inmensamente feliz.
-¿Amarnos? ¿El sol?- preguntó sorprendido el rosal. -Pero si está allá, lejanísimo. Jamás se nos ha
acercado, nunca nos ha dirigido siquiera la palabra. Jamás ha acariciado mis flores, ni se ha deleitado
con su perfume. ¿Cómo va a amarnos? Me parece mi amigo, que estás un poco loco.
-No lo creas- replicó el cadillo -Te aseguro que sin él ni tú ni yo podríamos vivir.
-¿Y quién lo necesita?- exclamó molesto el rosal. Y se propuso deshacerse del sol.
Armado de paciencia, consiguió cuatro ramas largas y fuertes, las clavó a su alrededor, y con ramas
más pequeñas y paja, construyó sobre él un pequeño techo, para no ver al sol. ¡Así estaba mejor!
Ahora viviría feliz sin ese molesto sol encima suyo. Pronto se dio cuenta que, aunque no veía al sol,
aún sentía su calor, por lo que decidió juntar más ramas y construir paredes a su alrededor. ¡Ahora sí!
¡Qué fresco se sentía! Pero pronto notó que todavía quedaban rastros de ese molesto sol: su luz se
filtraba a través de las ramas, así que decidió juntar mucho barro, y sellar las paredes y el techo. Una
vez concluida la obra, el rosal se sintió satisfecho. ¡Al fin! Ya no quedaba ningún rastro de ese sol
intruso. Ni sus rayos, ni su calor, ni su luz... ¡Por fin! ¡El sol había dejado de existir! Y nuestro rosal,
en pocos días se pudrió y murió.

Compartimos… tres características del amor: personal, gratuito y efectivo.

- LA ALEGRÍA: La alegría y el entusiasmo son el mejor motor para conseguirlo todo, y tienen la
ventaja de ser contagiosos y ampliar su efecto.

Cuento:
Animín Animón era un niño muy especial. Cuando era pequeñito, mientras estaba en la tripita de su
mamá, tuvieron un accidente, y resultó que nunca pudo llegar a andar. Pero para Animín, eso nunca
había sido un problema porque desde siempre estuvo contentísimo de haber podido seguir creciendo

y convertirse en un niño mayor. Y era tanta la alegría y el entusiasmo que tenía, que era capaz de
contagiársela a cualquiera, hasta el punto de que terminaron por llamarle Animín, porque daba
ánimos a todos los que le rodeaban.

Y la verdad era que se notaban mucho sus ánimos, y no había albañil, cartero o taxista que no
estuviera encantado de encontrarse con Animín: ¡Ánimo, señor cartero, a este ritmo hoy entregará
más cartas que ningún día!, decía, o "¡Genial, señor taxista, usted aparca mejor que nadie, debería
apuntarse a un concurso!". Además, Animín siempre tenía buenas ideas y soluciones para todo, y las
repartía tan generosamente, que no pasaba un día en su ciudad sin que nadie hubiera hecho un
trabajo excelente o terminara inventando algún nuevo aparato.

Pero un día, Animín se encontró con alguien duro de pelar. Llegó de vacaciones a la ciudad Pupitas,
el niño llorón. Daba igual lo que Animín le dijera, el niño llorón siempre encontraba algún motivo para
estar triste: "que si tengo pocos caramelos", "que si mis papás no me han comprado este juguete",
"que si no puedo ver la televisión", "que si tengo que ir a la escuela y no me gusta"..., vamos, que
todo le parecía mal. Pero Animín no se dejaba contagiar por alguien tan protestón, y cada vez pasaba
más tiempo con él, tratando de animarle constantemente, como hacía con todo el mundo. Hasta que
un día, mientras los dos iban juntos por la calle, alguien dejó caer una tarta desde una ventana, con
tan mala suerte que fue a dar de lleno en la cabeza de Animín, quien se llevó tal susto que no podía
ni mover la boca. Ambos se quedaron callados, y aunque Pupitas estaba a punto de echarse a llorar,
durante aquel silencio empezó a echar tanto de menos alguna de las palabras alegres de Animín, que
finalmente fue el propio Pupitas quien terminó diciendo: "Vaya, Animín, ¡menudo disfraz de Payaso
que te has puesto en un momento!".

Y al decir aquel comentario alegre, Pupitas se sintió tan bien, que comprendió por qué Animín
siempre estaba alegre y animoso, y se dio cuenta de que se había acostumbrado tanto al entusiasmo
de Animín, que ya no podía dejar de ver el lado bueno y divertido de todas las cosas.

- COLABORACIÓN: Las cosas que parecen imposibles para uno sólo pueden conseguirse
cuando todo el mundo ayuda.

Relato del cuento: En el arca de Noé .
los animales llevaban tanto tiempo que empezaron a organizar
juegos y actividades para divertirse. Pero no tuvieron mucho cuidado, y en uno de los juegos, un
pájaro carpintero terminó haciendo un agujero en el fondo del arca. El agujero empezó a crecer, y en
poco tiempo comenzó a entrar muchísima agua. Uno a uno, distintos animales trataron de arreglarlo,
peleándose incluso por ser los que salvaran el barco, pero ni siquiera la presa del castor pudo hacer
nada. Empezaron a asustarse y pensaron que el barco se hundiría, pero entonces la abeja explicó a
todos cómo ellas siempre trabajaban todas juntas y en equipo, cada una haciendo lo que mejor sabía,
y todos comenzaron a organizarse y ayudarse: los pájaros tiraban todos juntos del barco hacia arriba,
los elefantes y otros animales grandes llenaban sus bocas de agua para sacarla del barco, los más
rápidos iban de acá para allá ,
 juntando materiales que los que construían nidos y madrigueras utilizaban para arreglar el boquete cada vez mayor. Así, todos trabajando, consiguieron frenar un poco el hundimiento, pero no pararlo. Desesperados, siguieron buscando si faltaba algún animal por ayudar. Buscaron y buscaron, pero en el barco no había nadie más. Pero de repente, un pez se coló en el barco, y los animales se dieron cuenta de que ¡aún no habían pedido ayuda a todos los animales del mar! Pidieron al pez que buscara ayuda para salvar el barco, y acudieron peces y peces y hasta una gran ballena que terminó por cubrir el agujero mientras el resto de animales reparaban el barco. Y así fue como todos los animales se salvaron con la ayuda de todos. -

 TRABAJO EN EQUIPO, , ORDEN Y OBEDIENCIA

Cuento: LA HORMIGUITA: 

Había una vez una hormiga que estaba harta de ser hormiga. No le gustaba nada: las normas le parecían muy estrictas, se hartaba de tener que esperar larguísimas colas y odiaba hacer lo mismo que todo el mundo, siguiendo las órdenes generales. Ella quería ser como las mariquitas y los escarabajos, y vivir despreocupadamente. Y tanto se esforzó por conseguirlo, que finalmente un día de viento, se agarró a una gran hoja y se fue volando arriba y arriba. Cuando estaba muy alto, tanto que ya no se distinguían los insectos, miró abajo y no pudo creer lo que vio: de entre las hierbas se alzaba el magnífico hormiguero, que podía verse a gran distancia. No había rastro de nidos de escarabajos, mariquitas ni ningún otro: sólo el hormiguero. Y la hormiga se dio cuenta de que eran precisamente las normas, el espíritu de sacrificio, la obediencia y el esfuerzo de todas las hormigas, lo que hacía posible que su obra conjunta fuera muchísimo mayor que lo que nunca pudiera haber conseguido insecto alguno, y se sintió realmente orgullosa de ser hormiga. -

RESPONSABILIDAD: La responsabilidad se mide en las cosas pequeñas que los demás ponen en nuestras manos porque confían en nosotros. Aunque los mayores pidan cosas que en principio puedan parecer peores, siempre lo hacen porque saben más y mejor lo que puede ocurrir, aunque no nos lo digan.

 Cuento: Cuik y Quak

Eran dos patitos valientes y deportistas que vivían con mamá pata. Los dos eran rapidísimos, y siempre estaban compitiendo. Echaban carreras en cualquier lugar: por tierra, mar y aire; corriendo, nadando o volando. Un día que volvían de visitar al tío Patete en lo alto del río, Cuik soltó las palabras clave "¡el último que llegue es un ganso!", y ambos salieron nadando río abajo. Los dos conocían bien el camino, pero Quak llevaba algún tiempo preparando un truco: se había dado cuenta de que la corriente en el centro del río era más fuerte y podía ayudarle, así que aunque mamá pata les tenía totalmente prohibido nadar por el centro del río, Cuak se dirigió hacia aquella zona "ya
soy mayor para nadar aquí". En seguida se vio que tenía razón: avanzaba mucho más rápido que Cuik y le sacaba mucha ventaja. Cuik estaba indignado, porque él nunca desobedecía a mamá pata, pero por su obediencia ¡iba a perder la carrera! Según avanzaban la corriente se hacía más fuerte, y Quack cruzó triunfante la línea de meta sin darse cuenta de que se dirigía directamente a un gran remolino en el centro del río; para cuando quiso reaccionar, allí estaba dando vueltas y vueltas, sin poder salir del remolino. Sacarle de allí fue dificilísimo, porque ningún pato tenía fuerza para nadar en aquellas aguas, y al pobre Quack, que no paraba de tragar agua, la cabeza le daba mil vueltas y no ayudaba mucho. Afortunadamente, una vaca de una granja cercana apareció por allí para sacar a Quack antes de que él solo se bebiera toda el agua del río. Y cuando le dejaron en el suelo, siguió dando vueltas durante un buen rato, de lo mareado que estaba, mientras algunos de los animales que lo habían visto se reían al ver que todo había acabado bien.  Aquel día Cuick comprendió que hacía bien cuando seguía haciendo caso a su mamá, aunque al principio pudiera parecer que era peor, y Quack... bueno, Quack no podría olvidarlo aunque quisiera, porque desde entonces, en cuanto le toca una gota de agua, cae al suelo y da tres vueltas antes de poder erguirse. ¡Y qué divertidos son los días de lluvia!

- EL ORDEN: 

El orden es una ayuda excelente para hacer las cosas: mejor y más rápido.

 Cuento: Había una vez un niño que cambió de casa y al llegar a su nueva habitación vio que estaba llena de juguetes, cuentos, libros, lápices... todos perfectamente ordenados. Ese día jugó todo lo que quiso, pero se acostó sin haberlos recogido. Misteriosamente, a la mañana siguiente todos los juguetes aparecieron ordenados y en sus sitios correspondientes. Estaba seguro de que nadie había entrado en su habitación, aunque el niño no le dio importancia. Y ocurrió lo mismo ese día y al otro, pero al cuarto día, cuando se disponía a coger el primer juguete, éste saltó de su alcance y dijo "¡No quiero jugar contigo!". El niño creía estar alucinado, pero pasó lo mismo con cada juguete que intentó tocar, hasta que finalmente uno de los juguetes, un viejo osito de peluche, dijo: "¿Por qué te sorprende que no queramos jugar contigo? Siempre nos dejas muy lejos de nuestro sitio especial, que es donde estamos más cómodos y más a gustito ¿sabes lo difícil que es para los libros subir a las estanterías, o para los lápices saltar al bote? ¡Y no tienes ni idea de lo incómodo y frío que es el suelo! No jugaremos contigo hasta que prometas dejarnos en nuestras casitas antes de dormir" El niño recordó lo a gustito que se estaba en su camita, y lo incómodo que había estado una vez que se quedó dormido en una silla. Entonces se dio cuenta de lo mal que había tratado a sus amigos los juguetes, así que les pidió perdón y desde aquel día siempre acostó a sus juguetes en sus sitios favoritos antes de dormir.

 RESPETO: El respeto es el valor que relaciona el resto de valores fundamentales sobre los que se sustentan todos los humanos. Es tratar al otro de la mejor manera como yo puedo ser tratado.

Cuento: 

El tigre, que era listo, rápido y fuerte, siempre se estaba riendo de los animales, en especial del débil abejorro y del lento y torpe elefante. Un día de asamblea hay un derrumbe y la puerta de la cueva se bloquea. Todos esperan que el tigre resuelva el asunto pero no es capaz. Al final, el abejorro sale entre las rocas en busca del elefante, que no había ido a la asamblea por estar triste. El elefante acude a remover las piedras y todos los animales felicitan a ambos y quieren ser sus amigos. El último que sale es el tigre, avergonzado, que aprende la lección y desde entonces sólo se fija en las cosas buenas de todos los animales.

 - SINCERIDAD: Las mentiras que al principio pueden ayudar con el paso del tiempo acaban volviéndose en contra. No existen las pequeñas "mentiras piadosas", al encubrir la verdad se van acumulando y sólo hacen que al descubrirlo la decepción y el dolor sean mucho mayores.



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