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domingo, 3 de marzo de 2013

Simón Bolívar y su caballo Palomo.




Por Juan Carlos Rodríguez Oletta

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco nace en Caracas, Venezuela el 24 de julio de 1783. Sus Padres Don Juan Vicente Bolívar y Ponte y Doña María de la Concepción Palacios y Blanco.

En 1810 inicia su gesta emancipadora por toda Sudamérica la cual concluye en 1830, libertando a Bolivia, Colombia, Ecuador,  Perú, Venezuela y colaborando con la Independencia de Panamá.

Fue una de las figuras más destacadas de la Emancipación Americana frente al Imperio español, considerado por sus acciones como el “HOMBRE DE AMERICA”.


En la ciudad de Mérida-Venezuela recibió el titulo más grande que puede ostentar un hombre “EL LIBERTADOR”, ratificado en el congreso de Caracas.

Muere desterrado y en total pobreza en San Pedro Alejandrino, una hacienda cercana a Santa Marta, Colombia, el 17 de Diciembre de 1830, Sus restos mortales reposan en el Panteón Nacional, Caracas-Venezuela desde 1842.


La Historia de Simón Bolívar y sus Caballos esta llena de hechos reales que se confunden con anécdotas, mitos, leyendas y fabulas.

Simón era el menor de cuatro hermanos, un niño inquieto y muy rebelde especialmente contra sus Maestros. Existe una anécdota con el Licenciado Miguel José Sanz (Abogado) y el niño Simón de tan solo cinco años. El maestro Sanz acostumbraba a dar lecciones al niño Simón montando a caballo por los potreros de la hacienda de San Mateo, una mañana Sanz excelente jinete montaba un hermoso Caballo de paso y Bolívar se tambaleaba en un burro, el maestro lo miro y le dijo:

“Usted nunca será un hombre a Caballo

El niño Bolívar le replico con mucho respeto y valentía:

“¿y como voy a serlo si lo que me dan a montar es un burro?”.


A los nueve años recibe un caballo de regalo de parte de su hermana Maria Antonia, al montarlo y pasear por los jardines de la hacienda San Mateo dejaba impresionado a todo aquel que lo veía hecho caballero, su diminuta figura se acoplaba al caballo de tal forma que parecían una sola figura.


Su Maestro Don Simón Rodríguez además de las lecciones de Gramática, Historia, etc., completaba la educación de Simón con clases de equitación, nado y lazo.


PALOMO, el caballo Blanco del libertador Simón Bolívar, el caballo de mil batallas, el caballo de mil pinturas, el caballo del escudo nacional, el caballo de mil anécdotas, el caballo de la adivinanza infantil “¿De que color es el caballo Blanco de Simón Bolívar?... el caballo consentido del Libertador.

En noviembre de 1814 Simón Bolívar se dirige de Venezuela a Colombia para dar cuenta al congreso de los hechos ocurridos en Venezuela en los años 1813-1814, al llegar a la población de Santa Rosa de Viterbo (hoy departamento de Boyacá-Colombia), agotado por la travesía montado sobre un caballo cansado, viejo y enfermo se toma un descanso y realiza gestiones para comprar un caballo y seguir su viajé, trata de comprar o alquilar una hermosa yegua tordilla de gran alzada a un campesino de nombre Juan, el cual se niega a cualquier negociación pues su esposa Casilda días antes de este encuentro tuvo un sueño en el cual la yegua paria un hermoso Potro blanco el cual se lo regalaría a un gran General triunfador de muchas batallas y los sueños de su esposa siempre se hacían realidad .


En 1819 Bolívar comandaba la batalla “Pantano de Vargas” en la Nueva Granada de la cual salen victoriosos los patriotas y héroe de dicha batalla el Comandante Coronel Juan José Rondón, ese día Bolívar recibe uno del más querido y hermoso regalo de manos de un campesino Colombiano llamado Juan el cual con voz muy suave le dice:


“General aquí le manda mi esposa Casilda este Caballo Blanco, hijo de la yegua que usted quiso comprar pues es usted el General victorioso que ella vio en su sueño”.

El caballo era un hermoso ejemplar blanco de increíble alzada y  con una cola casi hasta el suelo.

Bolívar lo bautizo con el nombre de PALOMO, lo monto y dio su primer paseo triunfal en el “Pantano de Vargas”, para luego salir triunfador el 7 de agosto de 1819 en la Batalla de Boyacá e inmortalizarse en la Batalla de Carabobo el 24 de Junio de 1821, donde jinete y caballo salieron triunfadores y sellaron la libertad de Venezuela.

El escritor Jorge Mier Hoffman en su escrito “Un día con Simón Bolívar” describe el amor y las sobre-atenciones que Bolívar tenía para sus Caballos y especialmente con PALOMO:


“Desde Cumaná hasta Potosí nada le ha detenido. Ha destrozado virreinatos, ha borrado todas las líneas de las demarcaciones geográficas: ha rehecho el mundo (…) Su caballo ha bebido las aguas del Orinoco, el Amazonas y del Plata, las tres grandes fronteras que dio la creación al Nuevo Mundo (…)”.


La historia no conoce guerrero cuyo caballo de batalla haya ido más lejos y cuyo teatro militar fuera tan extenso (…)”.

El Caballo PALOMO muere en 1829 en la Hacienda Mulaló en lo que es hoy el Municipio Yumbo en el Valle del Cauca, Colombia, fue enterrado al lado de la capilla. Las herraduras del animal y diversos elementos que pertenecían al Libertador son exhibidos como testimonio en el Museo de Mulaló.

PALOMO vive en el recuerdo de todos los venezolanos como el compañero inseparable del Libertador Simón Bolívar.



Fuentes:

www.unet.edu.ve/~lsb/biograf.htm

http://www.aporrea.org/actulidad/a16547.html

http://www.larepublica.com.pe/content/view/-182519/36/

http://es.wikipedia.org/wiki/Palomo_%28caballo%29

http://historia.mforos.com/710942/3201155-simon-bolivar/

http://html.rincondelvago.com/simon-bolivar_2.html

http://www.simon-bolivar.org/bolivar/un_dia_con_sb.html

Libro Diversiones en 4 Siglos en Venezuela 1500-1900 Por Gustavo Flamerich


Bolívar y su perro Nevado!

Bolívar con Tinjacá y Nevado. Plaza Bolívar de Mucuchies.

.
Mucuchíes, fundado en 1596, pequeño pueblo del Estado Mérida, a sólo 45 Km. de la ciudad de Mérida, con sus altos páramos, vientos, cumbres nevadas, y casas de piedra, recibió al Libertador Simón Bolívar en el año 1813, cuando realizaba la que fué su Campaña Admirable.

Después de la batalla de Niquitao, el 2 de Julio de 1813, se dirigió El Libertador a Mérida, donde permaneció durante 18 días, saliendo luego hacia Mucuchíes. En su paso por el Páramo de Mucuchíes, concretamente en Moconoque, una casa que estaba aproximadamente a 6 kilómeros de la villa de Mucuchíes, el señor Vicente Pino le regaló al Libertador un hermoso perro de la raza conocida como "mucuchíes". Esta raza, es descendiente del mastín de los pirineos; estos mastines  fueron traídos al país por los sacerdotes que fundaron la ciudad de Mucuchíes para que cuidaran los grandes rebaños de ovejas que traían de España. Perros de gran tamaño, fuertes, inteligentes y hábiles que defendían los rebaños de los depredadores, y con los cruces y el tiempo llegaron a conformar la raza llamada Mucuchíes. El hermoso perro que recibió El Libertador, se llamaba Nevado. Dice la historia, que era negro como el azabache, las orejas, el lomo y la cola blancos, lo que hacía recordar la cresta nevada de los páramos andinos, razón por la cual, le pusieron por nombre "Nevado", como nevados eran los páramos. Vicente Pino se puso a las órdenes del Libertador, le dió la información necesaria para llegar a la villa de Mucuchíes, y además asignó al servicio del Libertador, a un indio mucuchero llamado Tinjacá, que había sido criado por él, amaba a los perros, y además conocía muy bien a Nevado.

Quiso Bolívar que alguien cuidara del perro, y quien mejor que Tinjacá, por lo que le asignó este trabajo y de él aprendió Bolívar los silbidos para llamar a Nevado. Los oficiales del Estado Mayor bautizaron a Tinjacá como el "Edecán del Perro", quedando así sellada la unión del Libertador, el indio y el perro, unión esta, que sólo teminaría con la muerte.

Cuentan que Nevado correteaba alegre al lado del alto caballo de guerra del Libertador, y que le acompañó por las ciudades y campos de batalla, recorridos en la gesta libertadora. En plena batalla, Nevado ladraba muy alto, sobresaliendo sus ladridos por sobre el fragor de la lucha, como dando ánimo a su dueño. Y cuando Bolívar entró triunfante a Caracas, recibiendo el aplauso y la admiración de toda la ciudad, muchas de las flores que le lanzaban al Libertador, le caían a Nevado, y dicen que Bolívar aseguraba que el perro también merecía el homenaje de esas flores.

Así, vivió Nevado junto a su dueño muchas batallas, sitios, vida de campamento, triunfos y derrotas, siempre acompañados por Tinjacá. Pero fué en la batalla de Carabobo el 24 de Julio de 1821, cuando llegó la separación definitiva.

Después de la gloriosa batalla, que dió la libertad definitiva a su patria: Venezuela, se acercaron al Libertador dos de sus soldados, en quienes El Libertador, por la expresión que traían pudo adivinar que las noticias no eran buenas. En efecto traían la noticia de que Tinjacá estaba mal herido, y también Nevado. Bolívar lanzó su caballo al galope hasta el sitio en la llanura donde le habían señalado que estaban sus dos compañeros. Al llegar, Tinjacá con lágrimas en los ojos sólo pudo decirle:"¡ Ah mi General, nos han matado al perro ... !"

Bolívar viendo a Nevado, ya muerto, tinto en sangre, no pudo decir nada. Cuenta Tulio Febres Cordero, el historiador de Mérida, que en los ojos del Libertador, brilló una gran lágrima de dolor.

Así, se conoce al pueblo de Mucuchíes como el Pueblo de Bolívar, y en la plaza Bolívar de este pueblo, como homenaje a esta gran amistad, se encuentra la escultura del indio Tinjacá y el Perro Nevado, junto a Bolívar. Y desde allí permanecen imperturbables, de cara a la cordillera Andina, que con sus nieves eternas, es un mudo testigo de la Campaña Admirable y de la amistad sin tiempo de un militar idealista, un indio fiel y un noble perro.

viernes, 15 de febrero de 2013

17 de febrero. 392 Años de la Fundación de Petare


La voz "petare" tiene su origen en los vocablos "pet" y "are", ambos pertenecientes a la lengua caribe hablada por los indígenes mariches, habitantes precolombinos de la zona al este de Caracas. Estas dos palabras signican "cara" y "río" respectivamente, lo cual permite concluir que Petare significa "lugar de cara o frente al río", en clara alusión a la situación geográfica del núcleo fundacional, ubicado en las orillas del río Guaire (principal cuerpo de agua del valle de Caracas) y de la quebrada Caurimare

El 17 de febrero de 1621, el capitán Pedro Gutiérrez de Lugo y el padre Gabriel de Mendoza fundaron el pueblo del Dulce Nombre de Jesús de Petare, sobre una pequeña colina bordeada por la quebrada El Oro y los ríos Caurimare y Guaire. Precisamente, Petare es un vocablo que deriva de la lengua caribe cuyo significado es De cara al río (pet: cara y are: río), en clara mención a las corrientes de agua que fluyen por el sitio.




Los mariches, grupo indígena perteneciente a la familia lingüística caribe, habitaron estas tierras hasta 1573, cuando su principal cacique, el aguerrido Tamanaco, murió a manos del conquistador español Pedro Alonso Galeas. A partir de entonces comenzó el sometimiento de los aborígenes y la repartición de las primeras encomiendas a cargo de Diego de Losada, Juan Gallegos, Sebastián Díaz Alfaro y Francisco Fajardo.
Según el uso de la época, los colonizadores, españoles canarios en su mayoría, construyeron la villa siguiendo la forma cuadricular de la plaza central, a cuyo alrededor ubicaron la iglesia, los primeros edificios públicos, el mercado y las viviendas de las familias más notables.

En el fértil valle mariche proliferaron las haciendas de café, cacao, maíz y caña de azúcar; ésta última era procesada en los trapiches cercanos para extraer el dulce papelón y el amargo aguardiente. Estos sembradíos abastecían de alimentos no sólo a los pobladores del Dulce Nombre de Jesús, sino también a sus vecinos de Caracas. Entre las más importantes se encontraban La Bolea, Los Marrones, La Urbina, Los Ruices, El Marqués, Macaracuay y Güere-Güere (hoy Urbanización La California Norte).
La fecundidad del suelo y el agradable clima atrajeron a destacadas personalidades caraqueñas. Andrés Bello, José Félix Ribas, José Antonio Rodríguez Domínguez, Manuel de Clemente y Francisco de Berroterán (marqués del Valle de Santiago) formaron parte del selecto grupo de huéspedes que adquirieron propiedades para el cultivo y el descanso.

Los Caminos Reales también contribuyeron con el desarrollo de la economía local. Esta importante red de vías formaba un cruce en Petare, convirtiendo al pequeño pueblo en una parada obligada para los viajeros y comerciantes que transitaban desde Caracas, Baruta y El Hatillo hacia Guarenas y Mariches. Justo donde confluían estas rutas tenía lugar un dinámico intercambio de productos agrícolas y mercancías en general. El sitio posteriormente tomó el nombre de Los Portales. Entre los Caminos Reales destacaba el que unía a Caracas con Petare y que desde la Quebrada de Santa Rosa pasaba a Sabana Grande (por la Calle Real de Sabana Grande), Chacao, Los Dos Caminos, Boleita y Petare propiamente, es decir, lo que se conoce como el casco colonial de la ciudad. Casi sin modificaciones, este Camino Real de Petare se convirtió, hacia mediados del siglo XX, en la Avenida Francisco de Miranda, lo que explica el trazado de la misma, con curvas bastante suaves, pero sin tener tramos rectilíneos (es lo mismo que sucede en Nueva York con la avenida Broadway, que es la única calle que no es rectilínea de la ciudad por ser el antiguo camino colonial que unía el norte con el sur de la isla de Manhattan).

martes, 12 de febrero de 2013

Biografia. José Félix Ribas



José Félix Ribas, nació en Caracas el 19 de septiembre de 1775, hijo de Marcos Ribas y Bethencourt y Petronila de Herrera, que eran unas de las familias mas distinguidas y que pertenecía a la oligarquía criolla de la época colonial.

Su padre era nativo de la isla de Tenerife, fue Regidor y Alcalde Ordinario del Ayuntamiento caraqueño, su hermano era el teólogo Francisco José Ribas.

Desde joven estuvo muy ligado a Simón Bolívar, se casa con Josefa Palacios, tía de Simón Bolívar el 1 de febrero de 1796.

Fue alumno del Seminario y luego se dedica a las labores agrícolas. Es uno de los más apasionados partidarios de la revolución independentista.

El 25 de abril de 1810, José Félix Ribas forma parte de la Junta Suprema de Caracas, para octubre de ese año, organiza una protesta pública como líder de los pardos caraqueños, por la ejecución de 28 patriotas en Quito el 2 de agosto por los realistas.

También participa en las reuniones de la Sociedad Patriótica, como líder radical apoyaba la independencia absoluta de Venezuela.

La junta lo expulsa por participar en dichas manifestaciones, dura cinco meses ausente y regresa.

Inicia su carrera militar a favor de la independencia como coronel y jefe del recién creado batallón de Milicias Regladas de Blancos de Barlovento.

En 1812, bajo las órdenes del general Francisco de Miranda, participa en la campaña contra Domingo Monteverde, luego sigue a Caracas para asumir el cargo de comandante militar de la ciudad en sustitución de Juan Nepomuceno Quero.

Después de la caída de la Primera República en 1812, Simón Bolívar y José Félix Ribas obtienen pasaporte para Curazao, luego viajan a Nueva Granada, desde allí Simón Bolívar inicia la Campaña que daría la libertad a la región del río Magdalena, para luego comenzar en 1813 con la Campaña Admirable.

El 7 de agosto de 1813, Simón Bolívar termina la Campaña Admirable con su entrada a Caracas, José Félix Ribas es nombrado en Caracas, Comandante General de la Provincia, para luego convertirse en General de División.

Obtiene las victorias en la Batalla de Niquitao, Batalla de Los Horcones y Batalla de Vigirima.

Comanda la Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814, logrando parar a las fuerzas realistas de José Tomás Boves, con unas tropas poco experimentadas, que estaban formadas por jóvenes estudiantes y seminaristas, donde José Félix Ribas le comunica a los jóvenes, “No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer”.

Simón Bolívar, al saber de la victoria de José Félix Ribas, le concedió el título de "Vencedor de los Tiranos".

(El 10 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decretó celebrar cada aniversario de la batalla como el Día de la Juventud, en honor a los jóvenes que lograron esta importante victoria).

El 5 de diciembre de 1814, José Félix Ribas y José Francisco Bermúdez se enfrentaron con su ejército de unos 4.000 soldados a los 7.000 realistas del General José Tomás Boves en la batalla en Urica, en dicha batalla muere el General Boves.

Debido a la derrota sufrida en la Segunda República, José Félix Ribas busca salir de Los Llanos a Caracas en compañía de un sobrino y un criado, pero es interceptado por los realistas, el sobrino y el criado fueron ajusticiados inmediatamente.

El Justicia Mayor de Tucupido Lorenzo Figueroa, ordenó su muerte el 31 de enero de 1815, en la Plaza Mayor de Tucupido, en donde fue fusilado. Un cofre con los restos simbólicos del general José Félix Ribas, se encuentra desde el 19 de septiembre de 2005 en el Panteón Nacional

FTE. actualidad-24.com

12 de Febrero. Dia de la Juventud



Se celebra en esta fecha el Día de la Juventud venezolana, en conmemoración de la Batalla de La Victoria, ganada ejemplarmente en 1814 por José Félix Ribas con jóvenes del Seminario y de la Universidad de Caracas.

El 10 de febrero de 1947 la Asamblea Constituyente decreta que se celebre el 12 de febrero como el Día de la Juventud en Venezuela «en reconocimiento a los servicios hechos a la república por los jóvenes».
En todo el país se llevan a cabo actos conmemorativos del Día de la Juventud, pero los actos centrales de este día se realizan en la ciudad de La Victoria, en la plaza principal que lleva el nombre del héroe José Félix Ribas y donde existe el grupo escultórico integrado por el héroe y varios jóvenes que reciben instrucciones sobre el manejo del fusil.

Este monumento lo decretó el Presidente Andueza Palacio, pero se vino a erigir durante el gobierno de Joaquín Crespo, inaugurándose el 13 de febrero de 1895. El escultor fue Eloy Palacios.

Como un estímulo a la juventud creadora de Venezuela, el Ministerio de la Familia otorga ese día la condecoración «José Félix Ribas» a los jóvenes que se han destacado en el año en diferentes áreas.

LOS JOVENES MARTIRES DE LA VICTORIA (BATALLA)

Con un puñado de universitarios y seminaristas, José Félix Ribas y Campo Elías se cubrieron de gloria al derrotar en La Victoria a Boves y Morales el 12 de febrero de 1814.

Después de haber dejado bien protegida a Caracas mediante la construcción de una «ciudadela» formada por 25 manzanas en tomo a la Plaza Mayor, Ribas reúne un puñado de jóvenes inexpertos en el uso del fusil, armados más que todo del coraje que inspira la defensa de la patria, y con ellos, que unidos a los soldados no pasan de 1.500, marcha a La Victoria a enfrentarse a las tropas realistas, que tienen unos 2.500 hombres.

La batalla comenzó antes de las 8 de la mañana, y a las cinco de la tarde aún no se había decidido por ningún bando. Finalmente, cuando ya empieza a oscurecer y los patriotas están más comprometidos resistiendo los ataques de Morales, aparece Vicente Campo Elías con un valioso refuerzo de 220 soldados, lo cual fue suficiente para que con el empuje de Mariano Montilla, Sedeño, los hermanos Padrón, Campo Elías y el propio Ribas, se obtuviera el espléndido triunfo de la Victoria. Unos cien patriotas murieron, entre ellos el coronel Rivas Dávila.

La de La Victoria fue una batalla que, si se atiende a la enorme diferencia numérica, era imposible que ganaran los patriotas; sin embargo, el coraje, el encendido patriotismo de Ribas, «airado e imponente como el ángel terrible de Ezequías», así como el oportuno auxilio de Campo Elías, lograron el milagro del triunfo, un triunfo que lo fue de la juventud que heroicamente se inmoló ese día en La Victoria. Esta batalla impide el intento realista de cortar las comunicaciones entre Caracas y Valencia.

Al día siguiente, como estímulo a esa juventud que se inmoló en La Victoria, el Libertador otorgó al hijo de José Félix Ribas, de apenas tres años de edad, el título de «Capitán vivo y efectivo de Infantería de Línea, con el goce de sueldo de tal desde hoy, y con la antigüedad del día en que empezare a hacer el servicio».
Lo admirable es que el capitán Ribas Palacios apenas tenía tres años de edad, pues nació el 14 de febrero de 1811. Ese mismo día, el Libertador, que estaba en Valencia, en una emocionada proclama, titulaba a José Félix Ribas «El Vencedor de los Tiranos en La Victoria».

FTe. univision.com
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